El jueves 25 de enero, unos 170 ciclistas locos se pusieron a pedalear muy, muy despacio por la Castellana mientras que por la calle no había ningún grado, incluso puede que faltase alguno. Resulta incomprensible por qué se iba tan desesperantemente despacio, así no puede uno entrar en calor ¡brrrr! A destacar el creciente número de bromptons, hasta el final llegaron 4 (2 negras, 1 roja y 1 naranja), pero hubo otro par más por el recorrido, muchas otras plegables, incluida la recién estrenada Dahon de Inglada (aún llevaba la etiqueta colgando). En cuanto a la indumentaria dominaban los gorros, bragas guantes y bufandas, y entre los gorros hubo algún modelo llamativo, como el de Don Jose María. Y la única que iba sin guantes, era la brava Yolanda, con sus inagotables 5 añazos.
A partir de Colón, empezamos a llevar escolta policial por la popa, y a partir del puente de Juan Brabo también por la proa. ¡que cruz! Hicimos una pequeña parada turística en la esquina de Islas Filipinas para poder admirar la bromita que les han gastado a los vecinos de Chamberí (¡un campo de golf!), y nos filmaron desde un balcón, pero aun no tengo el clip. Ahí perdimos a la escolta policial y continuamos del tirón hasta Tesauro (linea recta: Bravo Mu. Ni pasamos por el taller bici Chamberí, ni pasamos por Cibeles. De hecho la huida fue un tanto caótica y por grupos.
A Tesauro llegaríamos unos 50, en un primer momento tuvieron más tirón las infusiones que la cerveza. El vino se agotó enseguida, pero tampoco es que hubiera mucho. Nada de comer, porque no habíamos avisado que íbamos, pero el barrio está bien surtido de locales dónde comer. Y varios contubernios para organizar la ida a la masa crítica mundial de Roma en Mayo, aunque alguno no quiere por no no ir en avión ;-) En tesauro se concinó la idea de perparar unas patatas con costillas, y otras con bacalao para el fin de fiesta de la de Febrero, el que se ha lanzado al abismo ha sido Luisín, el de la paella involvidable, y el marmitako memorable...
A partir de Colón, empezamos a llevar escolta policial por la popa, y a partir del puente de Juan Brabo también por la proa. ¡que cruz! Hicimos una pequeña parada turística en la esquina de Islas Filipinas para poder admirar la bromita que les han gastado a los vecinos de Chamberí (¡un campo de golf!), y nos filmaron desde un balcón, pero aun no tengo el clip. Ahí perdimos a la escolta policial y continuamos del tirón hasta Tesauro (linea recta: Bravo Mu. Ni pasamos por el taller bici Chamberí, ni pasamos por Cibeles. De hecho la huida fue un tanto caótica y por grupos.
A Tesauro llegaríamos unos 50, en un primer momento tuvieron más tirón las infusiones que la cerveza. El vino se agotó enseguida, pero tampoco es que hubiera mucho. Nada de comer, porque no habíamos avisado que íbamos, pero el barrio está bien surtido de locales dónde comer. Y varios contubernios para organizar la ida a la masa crítica mundial de Roma en Mayo, aunque alguno no quiere por no no ir en avión ;-) En tesauro se concinó la idea de perparar unas patatas con costillas, y otras con bacalao para el fin de fiesta de la de Febrero, el que se ha lanzado al abismo ha sido Luisín, el de la paella involvidable, y el marmitako memorable...